CORRUPCION MUNICIPAL EN EL TRANSPORTE PUBLICO

on domingo, 27 de diciembre de 2009
1. Introducción.
Fue la intención de este título, en el año 2005, el de hacer notar la cantidad abismal de faltas e informalidades que se cometen a diario en el transporte público desreglamentado desde que fue impuesto durante el gobierno del presidente Fujimori y que ninguna administración del MML hizo algo por eliminar estos abusos. El MTC principal responsable, se hace el de la vista gorda por que se le ha relevado de su administración, cuando ellos son los llamados a imponer reglas de operación y servicio.
Creemos que la desreglamentación involucraba una cantidad ilimitada de líneas, lo cual es un gravísimo error que lo estamos pagando ahora y la eliminación de todo intento de ruta monopólica, razón por la cual fueron abusivamente eliminadas todas las líneas formalizadas de ese entonces y que ahora, casi 20 años después nos hemos olvidado ya que existen líneas del sistema desreglamentado con más de 10 Km de ruta servidas monopólicamente y que se oponen rotundamente a que se permita que otra línea compita con ellos. Justamente con este tenor iniciaremos el primér capítulo de este artículo.
2. Rutas que indican maliciosamente un destino final.
(Publicado el 12/04/05 y sin solución hasta ahora en diciembre del 2009)
Desde hace varios años venimos observando que hay tres líneas de microbuses, con los códigos de ruta OM-24, OM-62 y IO-72, que exhiben en la parte principal del micro, es decir, en la parte superior frontal, el nombre de Cieneguilla. Ellos dicen que por orden municipal, pero realmente no van a este distrito. Sin embargo ...., otros dicen que ello es iniciativa de los propios comités de esas líneas para atraer pasajeros que viajan a Cieneguilla por que ven a los microbuses del Molinero Express, que todo el tiempo viajan repletos de pasajeros.
Muchas personas inocentes toman esos buses con la idea de ir a ese distrito pero súbitamente el microbús termina su recorrido en las afueras del distrito de Pachacamac, que es el comienzo del distrito de Cieneguilla y los pasajeros burlados tienen que apearse y esperar a un microbús de la línea “Molinero Express”, que los llevará a donde realmente querían, pero pagando S/. 1.50 más.
A primera vista salta la posibilidad de que hayan habido otros interesados en dar servicio al distrito de Cieneguilla, lo cual es justo por que los señores de “Molinero Express” tienen el monopolio de esa ruta. Si eso es cierto, indudablemente que alguien en el MML no vio con buenos ojos esa solicitud de competencia en el reino de Molinero Express, que dicho sea de paso, ofrecen  un servicio deficiente, razón por la cual viajan llenos todo el tiempo y simplemente negó el permiso para una segunda línea. Ante la posibilidad de que los solicitantes aleguen que hay un injusto monopolio en esa ruta, al MML se le ocurrió la brillante idea de obligar a las líneas en cuestión para que también exhiban el nombre CIENEGUILLA en su cartel principal frontal, a pesar de que ellas no van al mencionado distrito. ¡Inaudito e inaceptable!
Pero lo paradójico de todo este asunto es que los propios microbuses de Molinero Express exhiben como cartel el nombre “CIENEGUILLA – SAN MIGUEL”, pero después de este distrito limeño van a La Perla, Bellavista y Callao, ya que el paradero final de este ilógico recorrido está ahora en la avenida Argentina, en las inmediaciones del Centro Comercial MINKA, que indudablemente pertenece a este último distrito y a la provincia constitucional del Callao. ¿Como es que el MML no ha querido darse cuenta de ello?
Para evitar el abuso de algunos buses que al final de su servicio solamente ofrecen llevar pasajeros a lo largo de un recorrido totalmente parcial, recomendamos al MML que si un bus ya no va a su destino final porque ya terminó su jornada del día, pues entonces tiene que retirarse absolutamente vacío y con un cartel que indique "Fuera de Servicio". Los buses sobran en el centro de Lima, menos aquellos que van realmente a Cieneguilla.
Solución: Señor Castañeda, alcalde metropolitano, le pedimos que averigue las razones de esta indicación de ruta que no corresponde en esas tres líneas mencionadas y que, de ser posible,  ordene que una de ellas, efectivamente vaya solamente hasta el sector de La Cruz, que es aproximadamente el centro de congestión del distrito y ordene a las otras dos que de inmediato borren el título de Cieneguilla de sus buses.
Si algún lector ha descubierto que pasa algo parecido en su distrito, por favor, no dude en comunicármelo para publicarlo en esta página, que ahora la leen muy pocos pero con la ayuda de todos, seremos más importantes cada día y a los cieneguillanos les pido que tengan un poco de respeto de su persona y mientras este atropello exista, no tomen, en ninguna parte de Lima, buses que exhiben el nombre de Cieneguilla y no van ahí.
Esperemos pues que el señor alcalde don Luis Castañeda Lossio, aclare esta confusión, que más parece una burla amparando algo ilegal. Asimismo, le recomendamos al actual alcalde del distrito de Cieneguilla, que inició sus comicios como independiente pero que finalmente se solidarizó con el mal servicio, que le recuerde frecuentemente este problema hasta que el alcalde metropolitano haga lo que tiene que hacer.
3. Exhibición Ilegal de Tarifas.
Cuando se instituyó la informalidad del transporte público, a comienzos del año de 1991, permitiéndose a los propios transportistas la opción de establecer sus propias tarifas, “creyendo” ingenuamente los del gobierno, que éstas se iban a  regular automáticamente hacia el valor más bajo competitivo, favoreciéndose con ello a los usuarios; el resultado fue exactamente al revés, puesto que estos benditos transportistas se reunieron y acordaron cobrar solamente “Un solcito” por un pasaje único (Nada menos que US$ 2.00 de esa época) y que los ignorantes usuarios ni cuenta se dieron de este terrible atropello que fue la causa principal para que proliferase este tipo de vehículo en nuestra capital. Lógicamente, era un negocio redondo para ese sector y todo negocio redondo tiene sus víctimas puesto que el dinero no se crea sino que simplemente cambia de manos y cuando esto ocurre en forma malévola realmente el dinero se quita. Las víctimas siempre son los más desfavorecidos, es decir, nuestro pueblo, que por muchas otras causas similares a ésta, ya está sumido en la miseria desde hace muchos años, por que los pobres, como mucha gente cree, no son los transportistas sino los usuarios de ese pésimo servicio.
Pronto los “capos” del MML se dieron cuenta de que se había metido la pata a fondo y lograron del gobierno en curso la prohibición de tarifas libres en las líneas del transporte público. En el mes de julio del mismo año 1991, se le asignó al MML la responsabilidad de asignar las tarifas. Parece que así fue pero estos señores del MML no los tuvieron bien puestos como para bajar de inmediato las tarifas y poner dos tipos de pasajes. El local y el interurbano. Simplemente se lavaron las manos y el abuso siguió su curso por más de 10 años hasta ahora en que por el alza del costo de vida y la subida abrupta de los combustibles, el pastel comienza darse vuelta.
Sin embargo, a pesar de esta disposición municipal, que está vigente desde hace nada menos que cerca de 20 años, cada ruta establece su propio plan de tarifas a vista y paciencia del propio MML. Estas tarifas mostradas por los transportistas en cada uno de “sus” buses, están infladas, es decir, no respetan la disposición municipal de no aumentar las tarifas.
Nosotros los usuarios ya sabemos como funciona el atropello de las tarifas. Cuando uno tiene “su solcito” y el viaje es interurbano, no hay problema por que el cobrador no le sacará ningún centavo más. Cuando el viaje es local, o sea, de unas cuantas cuadras, se tranza, antes de subir, un pago de 50 centavos, lógicamente sin boleto (¿servirán estos para algo?). Pero el problema viene cuando uno no tiene sencillo. Ahí el cobrador se cobra lo que dice “su tarifa” y no hay vuelta que darle, por que están dispuestos a irse a los golpes para solucionar el problema, incluso con las damas y los insultos por ambos lados no se hacen esperar.
¿Sabrá el MML de este atropello? ¿Habrá alguno del MML que trabaje en el sector del transporte y que sabiendo de ello, no haga nada al respecto?
Me parece que lo primero que debe hacer el MML, es dar la orden respectiva para que se retiren de inmediato los planes de tarifas de cada una de esas líneas y se exhiba un plan de tarifas elaborado por el MML (que hasta ahora no lo hace) y que consecuentemente debe ser publicado. Pasado un tiempo prudencial se deben enviar inspectores municipales y multar por el incumplimiento con un monto previamente indicado para evitar sorpresas y justificativos para no pagarlos.
Por si no lo saben, en la gran mayoría de los casos, el pasaje de un nuevo sol (ya no es pasaje único) es lo que se debe cobrar actualmente. Tal como estuvieron las cosas, en noviembre del 2005, esperábamos el retiro de muchas unidades de transporte público que se metieron en esta actividad por que era un negocio y que por el alza de los combustibles se estaba convirtiendo en un servicio.
A mediados del año 2008 el barril de petróleo alcanzó un máximo en el mercado internacional y que llegó a unos 140 dólares USA. Esto dió lugar a que se aumentasen significativamente los pasajes del transporte público limeño. Sin embargo, muy pronto el gobierno de EE.UU. de N.A. inició una campaña inmediata de lucha contra ese precio abusivo, vendiendo en el mercado internacional parte de sus reservas de petróleo, logrando una súbita caída del precio del barril hasta los 40 dólares que tenemos ahora. Por ello, la gasolina y el petróleo disminuyeron su precio a menos de lo que costaba antes de su gran aumento. El GLP ha bajado razonablemente aunque no en la misma proporción que los otros dos combustibles pero lo que más llama la atención es que los pasajes del transporte público no han bajado ni un centavo y se pretenda seguir manteniendo los precios que aumentaron por la subida abismal del petróleo.
4. Maniobras Ilegales para llenar más los buses.
Pocas personas se han dado cuenta que a ciertas horas de la noche muchos de los transportistas públicos se retiran a descansar antes de cumplir con sus obligaciones de atender hasta las doce de la noche.
Al disminuir el número de buses en las noches, los restantes tendrán opción de no solamente cobrar más sino de llenarlos como lata de sardinas. La mayoría de la gente cae como corderitos dando en el gusto a los transportistas y mortificando a los que ya están dentro sentados. No faltan aquellos incautos que se preguntan ¿Por que no pondrán más buses? Cuando justamente los transportistas han hecho exactamente lo contrario, quitar buses para que los que queden se llenen más.
Si los pasajeros, exceptuados lógicamente los carteristas escaperos, pensasen un poco más en pro de un mejor servicio, deberían tener como consigna el no subir a buses que ya tienen el número suficiente de pasajeros parados.  Esta acción también la podemos hacer temprano en la mañana pero como eso puede poner en peligro su trabajo al llegar repetidas veces tarde, les propongo luchar primeramente en la noche, a la hora de volver a casa o dirigirse a sitios que no tienen apremio de tiempo. Al principio va a ser duro, con toda seguridad, pero si se gana, habremos obtenido un mejor servicio luchando y no llorando como corderitos. Intente no subir a los primeros dos buses que vengan repletos y suba al tercero a como de lugar. Algún efecto lograremos con ello.
5. Distribución y dimensión abusiva de asientos.
Uno se preguntará como han hecho algunas unidades del transporte público para lograr aprobar las revisiónes técnicas del año 2009 relacionado a la cabina que alojará a los pasajeros. Simplemente nos preguntamos si existe algún tipo de convenio regulador al respecto, solicitado lógicamente por el MML.
La falta de un organismo inspector del estado interno de los vehículos del transporte público da lugar a que se pongan más filas de asientos ocasionando que algunas personas ya no puedan ir sentadas. La distancia normal entre asientos podría ser de unos 75 cm pero se pueden encontrar asientos que tienen una distancia menor a 65 cm, impidiendo que muchos se puedan sentar cómodamente.
En cuanto al ancho de los asientos también se incursiona puesto que en un microbús normal sería casi imposible obligar a formar dos filas de personas paradas. Haciendo más ancho el pasillo se podría lograr esto aparentemente y los que habilitan las cabinas acá en Lima piensan equivocadamente en ello.
Un asiento bien dispuesto podría tener unos 45 cm. El asiento doble puede ocupar unos 90 cm. Una persona gorda ocupará más que el promedio pero permitirá que la otra siga sentada cómodamente. Un ancho de 40 cm por asiento ocasionará que una persona gorda afecte sin lugar a dudas al compañero de asiento. Pero el problema es que los “diseñadores” de asientos en Lima han determinado un ancho de 35 cm, ocasionando que una persona normal ocupe más de la mitad del asiento del lado de la ventana. La persona sentada en el lado del pasillo, en la mayoría de los casos tendrá una nalga en el aire.
Claro, con un microbús vació, se ha ganado un ancho de pasillo de unos 30 cm y sacrificándose un poco los parados y pegándose un poco más de lo normal se puede lograr la tan ansiada doble fila para meter 10 personas más en el microbús. Pero la realidad es otra por que las personas sentadas en la fila de asientos únicos y aquellas sentadas en los pasillos de los asientos dobles están ocupando, quieran o no, el espacio de pasillo que le han quitado en los asientos.
El resultado es una incomodidad terrible con pasajeros parados acomodando el armamento sobre el hombro de los sentados. Y las autoridades brillan por su ausencia.
Creemos pues que cada bus debe exhibir un permiso de circulación municipal numerado en donde el organismo inspector indica el número de asientos en la unidad y el número autorizado de personas paradas. A falta de inspectores en ruta, los patrulleros policiales deben tener la obligación de parar a los vehículos que circulen con exceso de pasajeros y verificar si cumplen con la autorización, caso contrario serán multados severamente. Se debe retener el brevete del chofer y dar en su lugar un permiso de operación que dure un mes. Una vez pagada la falta en el municipio aludido, se canjeará el brevete por el permiso. La falta debe ser cargada al chofer y no al vehículo por que es muy probable que éste lo haya tomado en alquiler.
He tenido la oportunidad de ver algunas combis que le han elevado el techo para que puedan ir parados. ¿Donde están las autoridades?  ¡Pongamos fin a la corrupción!
6. Exceso de pasajeros parados.
Este tema ya lo hemos tratado en parte en el artículo anterior de esta serie, por que todos los intentos para achicar y estrechar los asientos, tienen como finalidad principal la idea de meter más pasajeros en el vehículo. Es decir, más pasajeros que lo diseñado por sus constructores.
Sin embargo, nos vamos a referir ahora al tema de tratar de meter un máximo de pasajeros sin importar los cambios que se hayan hecho al vehículo para lograrlo.
Indudablemente que hay unos cuantos pasajeros, yo incluido, que no suben a un bus que no tenga asientos disponibles. La gran mayoría sube sin importarle su incomodidad y sobre todo, la incomodidad que él ocasionará a terceros que ya estén sentados o parados. Es decir, de nada sirve escoger un bus con asientos disponibles por que le aseguro que en la gran mayoría de los casos, le tocará un asiento en el lado del pasillo y si el bus se llena en demasía, usted será incomodado por los que sobre llenarán el vehículo.
Tenemos que reconocer que una vez dentro del bus, es el ayudante el que manda y el que debe poner orden y el desea que suba más gente al vehículo para ganar mas dinero, sin importarle en absoluto la incomodidad de sus pasajeros. Si queremos buscar justicia por ese lado, estamos perdidos, en especial con un MML indiferente a estos problemas y que a pesar de su título rimbombante ahora hace menos que cuando se llamaba simplemente municipio provincial.
Al MML actualmente regentado por el señor Cartañeda Lossio, le interesa realmente un bledo que la gente viaje como animales por que el señor alcalde sabe de este problema desde el primer día que ocupó el sillón municipal y ahora, ya casi al culminar su pésima administración, solapada con inversiones que llaman la atención como el zanjón de la avenida Grau y el sistema de Tranporte Metropolitano, con los que engañará a los ignorantes incautos (que lamentablemente son la mayoría) pero no a la gente culta, que sabe que así no podrá resolver el caos del transporte público en una ciudad con 8 millones de habitantes y si bien es cierto que inicialmente tendrá la acogida del curioso público, finalmente será el bolsillo de los pobres el que dictamine que es más barato dirigirse a destino utilizando el habitual sistema informal, por más incómodo y lento que éste sea. A fin de cuentas, será el Estado, que actuando como aval, pague la deuda de tamaña inversión.
Parece también que este señor entiende que la “desreglamentación total” impuesta al transporte público por el trístemente célebre presidente Fujimori, incluye también el “libertinaje total” y por ello, no hace nada por evitar los abusos que se cometen dentro de un bus. Este libertinaje incluye también el horario de atención al cliente que debe cesar a la media noche pero que estos benditos transportistas comienzan a abandonar su trabajo a partir de las 9 de la noche, dando como excusa el hecho de que están cansados después de ¡más de 16 horas de trabajo! Ellos no se dan cuenta que le han quitado la oportunidad de trabajo a otro tanto de trabajadores y que ambos grupos podrían cubrir a medias un total de por lo menos 18 a 20 horas de servicio al público sin que los choferes y ayudantes se “sientan agotados” por tanto esfuerzo.
Volviendo a nuestro problema de buses con exceso de pasajeros, el detalle está en que el ayudante no obliga a nadie a que suban a su vehículo. El simplemente invita a subir y es la propia gente la que sigue llenando el vehículo ya sea por ignorancia, por apuro (cosa que dudo por que abundan los buses vacíos), por que quiere robar (los carteristas) o para aprovecharse del sexo opuesto con alguna manoseadita. Por ahí habrá también alguna damita inocente que desea llegar a tiempo al trabajo a pesar de haberse levantado tarde y tiene que subir a uno de estos buses. El ayudante la empuja para que entre más fácil en el huequito que queda pero cuando se baja del bus se da cuenta que el celular ya no está y que han cortado su cartera.
Si queremos que este negocio informal mejore en algo, la solución está en nuestras manos. Es a ellos a los que ahora me voy a dirigir. ¡No suba a un vehículo que está muy lleno! ¡Luche por un mejor servicio no subiendo a esos buses!
Para las autoridades municipales y policiales también hay una llamada de atención. No permitan que los transportistas públicos abarroten de pasajeros a sus vehículos. El MML debe de asignar un máximo de parados por cada tipo de vehículo y poner una placa dentro del vehículo indicándolo. La policía debe multar a los que han sobre llenado sus vehículos.
7. Abandono Anticipado de la Jornada Diaria de Trabajo.
Debe haber inspección policial sorpresiva en los paraderos para detener y capturar a aquellos choferes que abusivamente deciden no completar su itinerario y lo manifiestan antes de que suba la gente. Ellos están cometiendo una falta grave y deben ser multados y detenidos. Si un bus no puede completar por alguna razón su recorrido total, entonces no debe tomar pasajeros en ningún sitio y debe exhibir un cartel indicando que está fuera de servicio. Todos los buses deben tener ese cartel a disposición.
La policía debe tener también un control absoluto de las líneas que circulan por las avenidas que ellos vigilan y si hay un bus que no aparece en tres turnos seguidos, se debe multar severamente a la línea responsable, en especial en horas de la noche que es donde comienzan a desaparecer los buses por que sus choferes ya están “cansados”. Ahora que la mayoría de la gente tiene celulares, se podría cooperar llamando a un organismo de control policial indicando la ausencia exagerada de algunos buses, como aquellos que cubren la ruta a Cieneguilla en forma monopólica, aunque usted no lo crea.
Decimos esto por que una de las excusas que dió el gobierno de Fujimori para promover la informalidad decretando la “Desreglamentación total” fue la de romper con todos los monopolios del transporte público, cuando realmente eso jamás ocurrió en el Perú, ya que la mayoría de la empresas que se instituyeron fueron de corte familiar y con un grado de informalidad en su estructura aunque no en su operación y administración.
8. Los Asientos reservados.
Si bien es cierto que esta es una buena medida para cooperar con aquellos que por alguna razón están o son disminuidos, en la gran mayoría de los casos eso no funciona y son muy pocos los que ceden el asiento reservado porque el entorno a este servicio es totalmente antagónico y lo primero que nos preguntaríamos es "Y el resto que somos ¿Basura?", por que el que supuestamente tiene que ceder el asiento tomó el bus cuando habían asientos disponibles y quizás no hubiese subido en ausencia de ellos. Ahora en cambio, al ceder el asiento tendría que pararse y apretujarse entre los cerca de 20 pasajeros de pie en un microbus que no fue diseñado para llevar pasajeros de pie y que podría llevar unos 9 fastidiando un mínimo a los que van sentados.
En las playas de estacionamiento de los grandes supermercados existen estacionamientos exclusivos para minusválidos que están ubicados en las inmediaciones de las puertas de acceso. El espacio de estacionamiento es enorme y rara vez se llena por completo, momento en el cual podría haber intentos de ocupación de los estacionamiento reservados o de irse a otro supermercado. Igual podría pasar con los minusválidos que al encontrar todos los estacionamientos ocupados incluidos los reservados para ellos, tendrán que buscar otro supermercado.
En los buses podría ocurrir algo similar pero como primera medida debería indicarse en cada uno de ellos la capacidad máxima de pasajeros y cuantos van de pie. Debe indicarse también si los asientos reservados son exclusivos o no. Para el caso de los microbuses que tienen una capacidad máxima de 30 pasajeros y dos asientos reservados, el microbús podría estar lleno con 28 pasajeros y ningún minusválido. En caso que los asientos reservados no fuesen exclusivos sino simplemente preferenciales, entonces un minusválido no podría subir a un microbús (nadie más en realidad) que ya tiene 30 pasajeros a bordo, pero eso no ocurre puesto que los microbuses llenos pueden tener 40 y 50 pasajeros.
9. Música Estridente.
Hemos llegado aun tema en que podrían estar divididas las opiniones y por tanto, digno de una polémica interminable. Nos estamos refiriendo indudablemente al tipo y volumen de música que normalmente ponen lo choferes de las unidades de transporte público. Para la mayoría de los choferes se trata simplemente de poner música con letras obscenas y a todo volumen sin importarles si con ello están fastidiando a un sector de sus pasajeros. Es tal el volumen que dos pasajeros no pueden llevar a cabo una conversación o que un pasajero no pueda usar su radio personal con audífonos (sin fastidiar a nadie) por que la música exterior la escucha con más volumen.
No se trata pues de simplemente poner ritmos tropicales a todo volumen alegrando a unos y mortificando a otros. Se trata también de otros factores como la distracción y el confort. La distracción del chofer puede ocasionar accidentes. El alto nivel de la música puede impedir que llegue a oídos del chofer un aviso de parada, en especial ahora que se puede parar en cualquier lugar y que ya no hay timbres de aviso como antes.
En general, es mi opinión personal de que los buses del transporte público no deben tener radio.
Esperamos pues que las autoridades del MML tomen cartas en el asunto y corten por lo sano este abuso que realmente molesta a un gran sector del público pasajero.
Carlos Reyna Arimborgo
creyna@telefonica.net.pe

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